Paroxismo Poético I
"Y qué dirá de ti la madrugada al verte pasar por la senda de este callejón oscuro que es mi vida? ¿Acaso más que el insomnio muerto de envidia por no soñar contigo? Yo, que desde aquí no puedo tocarte. Inalcanzable eres, y yo tan tuya. Si las paredes hablaran en mi nombre, llorarían. Al igual que la tinta que salpica estas letras que son mi propio corazón hecho carta, como las gotas del cielo caen de prisa y tiñen de hermosura esta ciudad olvidada. ¡Y el viento que se lamenta cual alma en pena! pareciera comprender de alguna forma esta agonía mía. Como si el mundo se silenciara tan de repente, y mi valiente andar fuera en vano sin tu compañía. Como si la incertidumbre en el páramo torrente en mis entrañas me hallara temblando tan perdida, y la propia oscuridad pudiera de un relámpago atravesar mis huesos. Bajo la tormenta igual te esperaría"
Mara Guerra.
Despertar (I)
Creo que fue tu sonrisa y tu sigilosa forma de andar
lo que ha descubierto mi dolor escondido,
mi poca fuerza de avanzar
y este corazón que nunca ha dejado de palpitar,
de sentir
y de amar,
con miedo de aterrizar
y transformar esta realidad.
Fue tu forma de hablar
y entregar tu historia
a mi alma inocente,
a mi ser que lo ha considerado un secreto importante digno de guardar.
Y la forma que me rodeaste entre tus brazos,
la dulzura que has plasmado con tus manos sobre mi piel
desde ese instante lo supe:
mi corazón ha encontrado un lugar.
Te quise mucho antes y no te conocía todavía
y ahora puedo decirte que te quiero,
te quiero fuerte desde acá.
Te quiero tanto que en tu mirada veo este cielo
y en tu ser un intrigante despertar,
y en tu risa mis sueños,
en tu suspiro un aire disperso,
en tus besos una verdad.
En tu ser un deseo de amar,
de ser amado,
de ser motivado,
de ser y no ser;
es tu aura de neutralidad.
Me he perdido tantas veces
buscando un camino que tomar
y hoy, en este espacio,
en esta forma de desglosar,
te entrego el sentido y la claridad.
Todo lo que has hecho conmigo,
todo lo que no he sentido en un pasado
y un nuevo comienzo
del cual ya no quiero escapar.
Florencia Giménez.
La vida
Uno no espera nada, hasta
que esa nada se vuelve todo
como un beso, un te quiero.
Palabras más palabras; no
tiene sentido usarlas, si solo
son para endulzarlas.
Quiero que sientas lo que escribo,
es tan bonito lo que quiero trasmitir
la vida se me queda cortita para ti.
No sé si sea amor o hechicería, pero
si tengo en claro que te amaré por toda
esta vida.
Anaias Diaz.
El sabor de tu Presencia
Quiero enjaular tu sonrisa y soltarla una noche,
Atrapar tu mirada tan arisca que se escapa.
Mirar al cielo y descubrirnos juntos,
Hallar las diferencias y encontrarnos perfectos.
Puedo viajar hasta la paz de tus mejillas,
Recorrer las rutas del cielo que se cruzan en tu piel,
Juntando estrellas que no se apagan,
Y sentir el calor de tu voz.
Si tengo el brillo de tus ojos
Como una luz en mis manos,
Florece una risa en mi corazón
Y nace una canción.
Si te vas, déjame tu sonrisa...
Tus mejillas, tu voz y también
el brillo de tus ojos...
Si no... Morirá mi Canción.
Camelia Álvarez.
A mitad del camino rutilas tu evidencia
y estás en mi mirada mucho más que mis ojos
y hay un hueco que es boca
para recoger tu nombre
suspendido de la morena resonancia
que se levanta de tus pasos.
Estoy sola en el vértigo que acecha tus labios,
despliegas todo tu ámbito
a la altura de mi abismo
y el aire es tan estrecho que no transparenta
y es tan ancho mi silencio
que no terminas de caer en mi garganta.
Querido mío, amado desde todos los siglos
que te esperé sin mí,
¿hasta dónde he de penetrar con el acoso de mi sombra
para revolverme contigo,
y perder el óxido y consumar tus células
y perpetuar su brillo?
Amado mío, querido desde siempre y en todas direcciones,
no llames paz a mis ojos que apuntalan atardeceres
para que no se caiga el cielo cuando vienes;
porque tengo que cargar el cielo de verte cuando te acercas
y el no cielo de las ganas de tocarte
cuando me miras
y el sin cielo caído a pedazos cuando te alejas.
Sofía Riveros.
Comentarios
Publicar un comentario