El Efecto Espectador
El efecto espectador o difusión de la responsabilidad es un fenómeno estudiado por la psicología social. Hace referencia a aquellos casos en los que los individuos que son testigos de un crimen y no ofrecen ningún tipo de ayuda a las víctimas cuando hay otras personas presentes. De hecho, este fenómeno sostiene que a mayor número de espectadores observando a alguien en peligro, es menor la probabilidad de que alguien se responsabilice y ayude a la víctima.
Todo comenzó el 13 de marzo de 1964, Kitty Genovese fue brutalmente asesinada frente a su hogar. Estacionó su vehículo frente a su apartamento, cuando un hombre la persiguió y la apuñaló dos veces en la espalda. Kitty pidió ayuda, pero solo una persona gritó que la dejaran en paz. El ladrón huyó en el vehículo, pero regresó diez minutos más tarde para herir aún más a Kitty, robarla y abusar sexualmente de ella. Este ataque duró una media hora y ocurrió ante casi cuarenta personas, quienes escucharon los gritos de la victima. Finalmente, alguien llamó a la policía, pero ya era demasiado tarde. ¿Por qué nadie se acercó a ayudar a Kitty luego de recibir las primeras heridas? La respuesta reside en el efecto espectador, o también llamado efecto Genovese.
En un estudio los psicólogos Bibb Latané y John Darley fueron los primeros en demostrar el efecto espectador en laboratorio. Para ello, hicieron algunas pruebas simples como la siguiente: Se invita a un sujeto a un cuarto donde se le da aviso de que puede comunicarse con un sujeto mediante un intercomunicador, pero sin saber que solo era una grabación, él o los sujetos sometidos al estudio solo podían hablar cuando el sujeto de la grabación terminase o fuese su turno de hablar, al pasar el tiempo él sujeto de la grabación finge tener un repentino ataque. El estudio demostró que el tiempo que se tardaba en avisar al investigador variaba inversamente de acuerdo al numero de sujetos. En algunos casos jamás se daba aviso al investigador. La explicación mas sencilla de este fenómeno, es que con otros presentes, los observadores asumen que el otro actuará y todos se abstienen de hacerlo. El grupo hace que se difumine la responsabilidad.
También asumen que habrá alguien mejor calificado para dar ayuda como un médico o un policía, así que directamente piensan que su intervención seria innecesaria, y también tienen el temor de ser avergonzados delante de los presentes al ser reemplazados por alguien superior. Otra explicación es que los espectadores monitorean la reacción de los presentes en una situación de emergencia para determinar si es necesario intervenir o no y dado que los demás están haciendo exactamente lo mismo, la gente concluye de las reacciones de los demás que la ayuda es innecesaria, lo que puede ser un ejemplo de ignorancia colectiva.
En la actualidad este efecto se traslada a una nueva modalidad que es la de "Mejor mirar y grabar", el acto de grabar una situación de violencia, permaneciendo en silencio frente a ella, es la manifestación moderna del efecto espectador. Este efecto ocurre cuando las personas refrenan su intervención en una situación de emergencia porque hay otras personas a su alrededor.
Existe gran cantidad de evidencia en la red de sucesos violentos en los que el espectador grabó las escenas pero no intervino. En el 2011 una niña de dos años llamada Wang Yue fue arrollada en China y 18 personas pasaron a su lado sin prestarle ayuda. El pasado 3 de noviembre ataron a un perro por un automóvil y lo arrastraron hasta matarlo, suceso que conmocionó a toda la ciudadanía.
¿Quien tiene la culpa?
Decir que una persona que es parte de una multitud y no reacciona frente a una situación de peligro es indiferente, es una forma de simplificar el proceso cognitivo tan complejo que vive el espectador. Hay muchos factores involucrados en estos procesos que pueden ser de cultura o de leyes (En algunos países puedes ir preso por mover e intentar llevar a una persona herida por arma de fuego al hospital), el entorno y las variables personales.
Los grados de responsabilidad también están determinados por la percepción que el espectador tiene de la víctima: juicios morales (si la víctima merece o no la ayuda), la competencia personal (si no sé nada de primeros auxilios, no puedo ayudar en una emergencia médica, por ejemplo) y la relación del espectador con la víctima (es probable que ayude de inmediato si la víctima es conocida).
Antes de ayudar a una persona herida en la calle, pensará en el costo o beneficio que traerá esta acción, podría ser involucrado en una investigación policial o hacerse cargo de los gastos del hospital.
Otra explicación puede residir en la conformidad social, ocurre cuando un individuo modifica su comportamiento para armonizar con el del grupo. Este fenómeno se explica con facilidad en una situación cotidiana: cuando hay dos cajeros automáticos y solo uno de ellos tiene una fila de personas, es mas probable que las personas se formen frente al cajero ocupado en vez de probar el otro. Si una persona herida es ignorada por una muchedumbre, es probable que el resto de los individuos haga lo mismo.
¿Es posible derrotar el efecto espectador?
El efecto espectador no sólo afecta a las víctimas de robo o emergencias médicas en lugares públicos, también es posible vivirlo en situaciones sociales. Por ejemplo cuando alguien es atacado verbalmente o acosado en algún grupo y, a pesar de no estar de acuerdo con el ataque, nadie hace o dice nada para defender al otro. Cada vez que presenciamos algún hecho que a nuestros ojos es una injusticia y no hacemos nada, por miedo o por cualquier otra cosa, estamos cayendo en el efecto espectador. Es sencillo decir que no permitiremos que esto ocurra, pero cuando te enfrentás a la acción es muy probable que no reacciones como desearías. ¿Acaso esto quiere decir que es imposible sobreponerse al efecto espectador? La respuesta es negativa. El cambio es posible.
Al enfrentarnos al efecto espectador es necesario hacer cambios a nivel personal. Debemos ser capaces de notar lo que ocurre a nuestro alrededor e identificarlo como una situación irregular o de emergencia. Del mismo modo, la empatía juega un rol crucial, entender que todos los seres humanos son dignos de ayuda y esa persona en problemas podrías ser tu mismo. La parte mas complicada es sobreponerse del miedo y la confusión. Lo imprescindible es saber que puedes ayudar. Es probable que no tengas conocimientos médicos para atender a un herido o que no puedas enfrentarte a un ladrón, pero puedes llamar a una ambulancia o a la policía. La mejor parte es que apenas una persona hace algo, las demás personas responden de la misma manera. Lo único que hace falta es una persona que marque la diferencia.
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